lunes, 29 de agosto de 2016


TITULO: D. Cesar Luis de Montalbán y Mazas, arqueólogo proscrito y olvidado en las dos orillas del estrecho.
AUTOR:   Francisco José Pérez Escribano.
PALABRAS CLAVES: Cesar Luís de Montalbán, arqueología en el protectorado, museo arqueológico de Tetuán; Tamuda, Lixus, Cromlech Mezora.

RESUMEN:  La presente comunicación está centrada en la figura de D. Cesar Luís de Montalbán y Mazas arqueólogo español que desarrolló su labor en el protectorado marroquí entre los años 1918 y 1959. Máximo responsable de las excavaciones hasta  Julio de 1936 cuando fue detenido por las tropas nacionales mientras prospectaba el dolmen de Mezora, pasó unos años en prisión y tras su puesta en libertad, se reincorporó a su actividad pero degradado de sus responsabilidades, contratándosele como peón de obra en sus antiguas excavaciones. En este periodo arqueólogos e historiadores afines al nuevo régimen se aprovechan de sus conocimientos y trabajos previos sin que en ningún momento se le restituya en su puesto, ni se le reconociesen sus trabajos prestados. Muere en Tánger en Febrero de 1971 prácticamente en la pobreza.

            Ya sea por la “leyenda negra” que rodeaba al personaje o por interés de la nueva generación de arqueólogos, Montalbán cayó prácticamente en el olvido hasta nuestros días. Esta comunicación es pues  la primera reseña biográfica que se realiza de este arqueólogo, con la que pretendo además de darle a conocer, dignificar y valorar la labor que realizó en condiciones  de extrema dificultad y en estado permanente de revueltas.

DESARROLLO:

            Sus primeros años: Formación y vuelta al mundo caminando. 

            Don Cesar Luis de Montaban y Mazas nace el 1 de Diciembre de 1876 en Sepúlveda (Segovia). Su padre D. Casimiro de Montalbán regentaba la farmacia de la ciudad, desposado con doña Julia de Mazas y Maldomingo tuvieron ocho hijos de los que Cesar fue de los más pequeños. Tras terminar sus estudios primarios en Sepúlveda, marcha a Salamanca a continuar su formación donde tenemos constancia[1] que fue  compañero de  Antonio Machado y ambos alumnos de D. Ignacio Calvo [2], profesor de esta universidad y con posteridad responsable del departamento de  numismática del Museo Arqueológico Nacional. Fue él quien inculcó su interés por la arqueología, la numismática, la mitología y también el responsable de “envenenarlos” con todo lo que rodeaba  al “Continente perdido”,  temas que van a estar presente durante toda la vida de nuestro personaje. Al terminar sus estudios en Salamanca pasa a cumplir con su deber para con la patria e ingresa en el ejército en Febrero de 1896, segundo regimiento montado  de artillería. En Enero del  97 asciende a cabo y en Diciembre del 98 a sargento pasando a la reserva en Septiembre de 1899. Con posterioridad (1902-03)  ingresa en la Comandancia de la Guardia Civil de caballería de Madrid y permanece en el Instituto armado hasta el 30 de Junio de 1905 cuando causa baja según consta en su hoja de servicio.

            En estos años compagina su vida militar con la vida cultural del Madrid de la época. Es habitual de las tertulias de cafés,  especialmente asiduo al “Café de la Luna” del que cuentan las crónicas  que “lo frecuentaban desquiciados  de la infrabohemia literaria de Madrid  y del café Fornos  que no cerraba nunca y del que Antonio Espina escribe;

            -“fue  durante más de medio siglo el alcaloide de la capital de España, por la tarde de seis a ocho frecuentado por matrimonios burgueses, y a partir de las 10 de la noche cambiaba la clientela dando  comienzo las horas fornianas, eran las horas del pecado: juegazos, escándalos, apuestas,  desafíos, suicidios y crímenes pasionales. De todo hubo en los reservados del entresuelo del Fornos, a los que se accedía por una puerta distinta desde la calle Peligros”-.

            Es en este café donde cruza una apuesta con sus asiduos por la que se comprometía a “dar la vuelta al mundo caminando con tan solo una perra gorda en el bolsillo como único capital, no pudiendo durante su viaje arbitrarse recursos por otros medios que los proporcionados por sus conferencias y trabajos periodísticos”.

            El 1 de Enero de 1904 sale de la Puerta del Sol rumbo a Francia, con la perra gorda en el bolsillo y su perro “Nerón” como único compañero de viaje (Foto1). Durante este “periplo iniciático” va escribiendo  cuadernos  donde  deja constancia con recortes de prensa del día y lugar en el que se encontraba, a los que solía añadir casi siempre un texto acreditativo y sello del municipio por donde pasaba. La mayoría de estos cuadernos de viaje están en manos de su nieta[3], gracias a estos hemos podido reconstruir prácticamente todo su periplo y recopilar datos de su biografía publicados en la prensa del momento.

            Por estos diarios sabemos que recorre Europa, Rusia, Turquía , Norte de África llegando hasta las islas Canarias; desde donde embarca rumbo a “las Américas”. En 1911 se encontraba recorriendo Uruguay y  Brasil, entre 1912 y 13 recorre Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y EE.UU. encontrándose el día de navidad de 1912 en la ciudad de Nueva York como publica el “New York American” de ese mismo día y “Las Novedades”, periódico neoyorquino en español que escribía.

            “… después de haber visitados todos los países latinoamericanos, de aquí continuará viaje a Alaska, en cumplimiento del propósito de visitar todos los países del mundo, empresa en la que lleva empleado ya varios años..”

            El 20 de Febrero de 1913 recoge referencias suyas el diario de la Habana “La Prensa” donde relata como en Nueva York  no le permitieron las autoridades dar conferencias, y cita textualmente el diario que “ De la Habana se dirigirá a Londres y de allí a la India para proseguir luego viaje a Manchuria y a la China Mayor”.

            Durante este periplo va recopilando piezas de antiguas culturas, regalo de particulares e instituciones, que envía al domicilio familiar para ser donadas al museo de Segovia, como refleja en una de las cartas que acompañaba a estos objetos.

            En 1914 estalla la Gran Guerra viéndose obligado a volver a España tras diez años de periplo. Esperando acontecimientos decide proseguir su caminata y recorrer a pie el país, así tenemos constancia de su paso por el campo de Gibraltar en abril de ese año[4]. Viendo que el conflicto se agravaba y alargaba en el tiempo recala en la capital y vuelve a sus antiguos círculos; las tertulias culturales y el Ateneo de Madrid.

            Ahora estas tertulias se han trasladado a otros cafés donde nuestro personaje empieza a ser asiduo. Uno de los más famosos fue  el Café del Pombo, en el 4 de calle carretas, donde D. Ramón Gómez de la Serna montó sus tertulias literarias y creó el género de greguerías. Todos los sábados por la noche se reúnen allí sus amigos intelectuales, en un pequeño reservado al fondo del local, personajes que D Ramón describe en su obra ”La sagrada cripta del Pombo” y entre los que se encontraba la élite intelectual y política del momento, como Gutiérrez Solana, Luis Bello, Los Delanauy, Alberto Guillén, Teresa Wilms, Valle Inclán, Neville, José María Quiroga, Sánchez Rojas, José Zamora  y el propio César Luis de Montalbán. Ellos y muchos más no sólo quedaron inmortalizados en las páginas de Gómez de la Serna sino que por encargo de éste  Gutiérrez Solana  los retrató en su obra  “Tertulia del Café del Pombo”.[5]

             Entre estos contactos surge el  ofrecimiento para dirigir la revista “España esportiva y turística” actividad de la que se hace cargo Montalbán entre 1916 y 1917. Es en estos años cuando entabla profunda y estrecha  amistad con Rosso de Luna [6] entrando en  su Sociedad de Teosofía y en la  lógica masónica de la que “el rojo de Logrosán” era maestre, esta amistad se intensifica y perdura  en el tiempo plasmándose en el cariñoso y extenso prologó que Montalbán redacta para el libro de Roso “De Sevilla al Yucatán”, un viaje ocultista a través de la Atlántida de Platón. Se conserva y hemos podido leer la  abundante correspondencia[7] entre ambos personajes en las que se pone en evidencia que  les unían las mismas pasiones e inquietudes; la teosofía, la Atlántida, la arqueología y la masonería. De hecho, en Septiembre de 1920, ya Montalbán en sus labores en el norte de África,  tiene lugar uno de los  acontecimiento que  marcará el futuro profesional de D. Cesar, el “Proceso Unamuno”, por el que se condenó al literato  a dieciséis años y dos días de prisión mayor y al pago de mil pesetas  por la publicación de dos artículos  en los que, se consideraba, ofendía a la corona y al gobierno de la nación. A raíz de esta desorbitada sentencia se articula una campaña en defensa de Unamuno que ha sido estudiada[8]  como modelo de campaña masónica, y en la que D. Cesar Luis participa con una durísima carta.            

            Intuimos; aunque sin evidencia documental (tan solo la correspondencia con Rosso de Luna y su sello personal, cargado de simbología masónica) que Montalbán siguió con su actividad dentro de estos círculos, y que cualquier referencia escrita a estas actividades fue destruida por su familia durante su estancia en prisión.

Sí hemos podido constatar la relación de Montalbán  con miembros y dirigentes de otras logias. Así en la biografía de D. Evaristo Ramos Cárdenas, se detalla cómo tras su traslado a Tetuán desde tierras leonesas donde continuaba con la tradición familiar de regentar una farmacia, pronto entró en los círculos intelectuales y masones de la Colonia. Es allí donde entabla amistad con D. César Luis de Montalbán con el que le unían aficiones similares. Tal fue la impronta que había dejado el arqueólogo en D. Evaristo  que tras su traslado como farmacéutico a La Línea de la Concepción invirtió en 1927  todos sus ahorros en la compra de la parcela “Punta del Gallo”, en el término municipal de San Roque  donde dedicó sus esfuerzos en sacar a la luz un sarcófago de  mármol romano.  ¿Fue casualidad que conociera el enclave exacto de Carteia?, hay constancia documental de que años antes en 1926 el director del Museo de Tetuán  (el Sr. Montalbán ) informa por carta a Pelayo Quintero Atauri de unas afloraciones en las inmediaciones de San Roque,  en una finca particular que no podían  ser otras que la ciudad de Carteia.  Es muy probable que Montalbán compartiera esta información con él  y que la compra de dichos terrenos estuviera muy bien orientada. El  alzamiento de 1936 trajo a  D. Evaristo Ramos gran maestre de la logia Floridablanda de La Línea un peor destino que el de César Luis de Montalbán. En agosto fue sacado de su domicilio familiar y asesinado contra la pared del cementerio de La Línea. Aunque su familia no conoció su destino hasta cuarenta  años después.

      *Primera etapa como arqueólogo en el Protectorado (1918 -1936).

            Conocedor  de la inminente creación de una Junta Superior de Monumentos  Históricos y Artísticos, y de las competencias de esta en el Protectorado Español, D. Cesar que no era hombre de urbe y despacho, sin pensarlo dos veces hace sus maletas y pone rumbo a Tánger donde llega el 4 de Noviembre de 1918 en el vapor correo procedente de Cádiz. Rápidamente entra en contacto con un círculo de intelectuales que se reunía en  la tertulia “Del zoco chico”. Sus primeras actuaciones arqueológicas son sugeridas por estos y llevadas a cabo en  la propia ciudad y aledaños, Cabo Espartel, el poblado de “Tánger Viejo”, Cabo de Malabata y La Gruta de Hércules.

            De estas primeras “incursiones” es interesante la descripción que hace del hallazgo de un mosaico romano y una cisterna en el sótano del periódico español “El Porvenir”

            “En la tertulia del Zoco Chico, teníamos al director del periódico es pañol EL Porvenir que me habló de que en el sótano de la casa donde tenía la redacción había una cisterna que tenía como base un mosaico romano, la casa está situada frente a la Sinagoga de la Fuente Nueva”[9]

            También reseña como “durante la construcción del teatro del Zoco Chico, se encontró un magnifico mosaico con un gallo en actitud de cantar que se apresuraron a taparlo para que no impidieran la continuación de la obra”.

            En 1919 le ofrecen puesto de “encargado de  excavaciones de la Junta Superior de Monumentos Históricos” con la misión de realizar viajes de prospección y la posterior elaboración de los “Mapas arqueológicos de la zona española”, cosa que Montalbán realiza con gran pericia ya que se trataba de una actividad que dominaba por su bagaje como explorador y su predisposición al trabajo de campo.

            En una de estas primeras prospecciones, en concreto  la realizada en el curso del río Martín paraje conocido como “El Mogote”, en el valle del Mogoga, Montalban tuvo el olfato y ese instinto innato de aquellos arqueólogos de comienzos de siglo, relacionando el paraje y las estructuras pétreas que afloraban en el lugar con la descripción que Plinio hacía de la costa del Estrecho, llegando a la conclusión que se trataba del “oppidum” de Tamuda.

            Eran tan precisas sus descripciones del terreno que  fueron de gran ayuda  al ejercito, en las memorias que presentaba a la JSMH [10] refleja los puntos de interés arqueológicos,  así como la descripción pormenorizada del territorio que explora, haciendo hincapié en accidentes geográficos significativos, cursos de aguas, pasos naturales, núcleos de población.

                        Nos parece importante y significativa  la estrecha colaboración que mantuvo con los militares en esta primera etapa, tanto en la propia excavación donde siempre había un grupo de soldados dando protección (Fotografía 2), como en las misiones de prospección donde Montalbán aportaba datos, sobre las kabilas, sus estructuras y sus dirigentes dejando testimonio escrito; “Viaje de exploración y estudio al Rio Uad Nekor”. Otro dato que refrenda lo anteriormente expuesto es  la importante colección de fotografías de ámbito militar y de conflictos en poder de nuestro arqueólogo, especialmente llaman la atención las tomas cenitales (desde terrazas y azoteas) de actividades de tropas alauitas, las aéreas y las de Monte Arruit por su dramatismo. También colaboró en la publicación militar “Revista de Tropas Coloniales”[11], siendo Director Francisco Franco, informando sobre sus actividades en los yacimientos arqueológicos de Tamuda, Lixus y sobre el museo arqueológico de Tetuán. En el año 28  realiza dos excavaciones muy vinculadas al ámbito militar, la necrópolis portuguesa de Yebial y la necrópolis portuguesa de la batalla de Alcazarkivir.

            Todas estas colaboraciones pensamos que fueron de terminantes a la hora de concedérsele las siguientes condecoraciones y distinciones. Si no, qué otros motivos justifican que cinco países distinto condecoren a un arqueólogo perdido en los parajes áridos del norte de África.

-        Caballero de la Orden Militar de Cristo (Lisboa 9.7.1924)

-        La Medalla de la Paz de Marruecos (Madrid 12.9.1928)

-        Medalla del trabajo –Bronce-. (Madrid 12.4.1928)

-         Oficial de la Orden Xerifiano Ouissan Alaouite  (Rabat 7.11.1929)

-        Officier d’Academie (pour services rendus aux Arts) (París 1.5.1931)

-        Caballero de la Real Orden del reino de Italia (Roma 23.7.1935).

            Tras la realización de las primeras cartas arqueologías de la zona, la Junta Superior de Monumentos le encarga la tarea de centrarse en las excavaciones de Tamuda y Lixus[12] ocupándole  la mayor parte de su actividad, concretamente el periodo comprendido entre los años 1921 y 1930, entre sus competencias también estaban las de catalogar, documentar y ordenar las piezas más interesantes que iban apareciendo durante las obras de infraestructura y construcción en las ciudades de  Ceuta, Larache, Tetuán y Alcazar Seger .

            Es en Larache, concretamente durante la primera campaña de excavación de Lixus, cuando conoce en el hotel  donde se alojaba, a Isabel Díaz García una jovencita malagueña que trabajaba con su madre en este establecimiento y con la que contrae matrimonio ese mismo año. Fruto de este enlace nacerían sus  tres hijos Luis José, Victoria Eugenia e Isabel Carmen. (Fotografía 3)   

            Es en este periodo comprendido entre 1926 y 1936 cuando realiza su labor arqueológica más intensa. Tan solo en el 26 hemos documentado los siguientes trabajos: “Estudio de la fortaleza portuguesa de La Graciosa”, “Estudio sobre Alcázar Seguer”, “Estudios de las estelas funerarias de la Alcazaba de Tetuán”, “Apuntes sobre la ciudad de Arcilla”, y también realiza una minuciosa excavación de las mazmorras de Tetuán que posteriormente  publica con el título “Estudios sobre las mazmorras de Tetuán”. En estos años Montalbán se convierte en el referente de la arqueología Española en el Protectorado, y es el responsable de recibir a historiadores y grupos de investigadores del resto de Europa, para dar a conocer los trabajos y hallazgos que se estaban realizando en esta zona, organizando los que denominaba “viajes de estudio”. Concretamente hay constancia de los realizados por  un grupo de miembros de la Asociación de Arqueólogos Portugueses residentes en Lisboa, a Tetuán y Tamuda (1923)[13], otro a Rabat, Sala Colonia y Volúbilis (1926), y  un tercero acompañando a un nutrido grupo de intelectuales europeos encabezados por la princesa Victoria de Ruspoli apasionada de la historia de Roma, y  muy interesada en los trabajos de nuestro arqueólogo. Con ella mantuvo una relación especial, carteándose y visitándolo en numerosas ocasiones que fructificó en la publicación por parte de Ruspoli de un trabajo tutelado por Montalbán.

            Otra de estas ilustres visitas  a las excavaciones que llevaba a cabo nuestro arqueólogo, fue la realizada por D. Manuel Gómez Moreno, catedrático de la Universidad Central y que se desplazó principalmente para visitar Tamuda, realizando un informe posterior donde valoraba muy positivamente el importante hallazgo[14].

            Entre 1927 y 1931 hemos podido ordenar y clasificar los siguientes trabajos; “Estudio de la necrópolis portuguesa de Yebial” (1928), “Estudio de la necrópolis portuguesa de la batalla de Alcazarkivir” (1928), “Estudio de la Isla mencionada por Plinio y el Ara de Hércules” (1929); “Viaje de exploración y estudio al Rio Uad Nekor” Mayo 1929, “Resumen de los trabajos encargados por la J.S.M.” (Sept 1929), “Estudios de las canteras de Lixus” (1929), “Trabajos realizados en Lixus de Mayo a Agosto de 1930”,  “Estudios sobre la situación de Tamuda al año 1930 Memoria Completa” y “Estudios de Cazaza” (1930).

            Las excavaciones de Tamuda y Lixus van aportando  hallazgos de enorme valor; esculturas en piedra y bronce, una cantidad importante de  ánforas y objetos cerámicos, anillos, fíbulas y una de las mayores colecciones numismáticas del Norte de África, por lo que el alto comisario, conde de Jordana, decide exponerlos provisionalmente en los locales que ocupaba la antigua escuela de “Artes indígenas”[15]. Mientras el Delegado General y presidente de la junta superior de monumentos, Don Teodomiro de Aguilar, consigue un  emplazamiento propio y definitivo para el Museo Arqueológico de Tetuán que fue inaugurado  el 29 de Diciembre de 1931 por el ministro de instrucción pública y bellas artes  D.  Fernando de los Ríos, quién deja constancia del hecho  y muestra su agradecimiento personal a Montalbán en una  cariñosa y emotiva nota manuscrita

            En el esfuerzo simbolizado por este museo radica el acto de cultura más exquisito que he podido apreciar en Marruecos; y en la labor personal admirable y callada de su creador Sr. Montalbán la prueba plena del valor de la vocación. Este museo está lleno de sugestiones profundas para el historiador español y  para el marroquí ¡Que unos y otros sepamos sacar enseñanzas de las mudas piedras”.

            Creo justo en este punto hacer patente la célebre frase y nunca mejor traída  de “Dar a Cesar lo que es del Cesar”, y dejar claro que el museo de Tetuán es lo que es y alberga los fondos que posee gracias a la valentía[16], tenacidad, dedicación y  vocación de D. Cesar Luís de Montalbán que bajo los paradigmas de la arqueología del momento, preocupada fundamentalmente por el objeto, y con la evidente limitación de recursos  realizó una labor impecable, encomiable y sobresaliente, desprestigiada e infravalorada premeditadamente por la administración surgida tras la guerra civil, llegando por desgracia  hasta nuestros días.    

            En estos años colabora con la universidad de Viena, en concreto con el profesor Kibilschek y  con el profesor  Obermaier[17] de las que existen correspondencia original y que concluye con la elaboración de una carta arqueológica de “Yacimientos Prehistóricos” en su zona de competencia.

            Reiteradamente en sus informes periódicos,  incidía ante  la JSMAH  en la importancia de prospectar el cromlech de Mezora, pero ante la limitación de fondos esta no autorizaba dichos trabajos, decisión que exasperaba a nuestro arqueólogo. Remitió escritos a instancias superiores haciendo constancia de la importancia del yacimiento y “del interés que otros arqueólogos tienen puesto en estudiarlo, cosa que de llevarse a cabo sería una “deshonra” para nuestra administración y un desprestigio para mi  persona”.

            Hasta tal punto esto era cierto, que tuvo que echar de su casa a Angelo Ghirelli[18] quién con “malas artes” entró rebuscando entres sus libros y documentos, mientras que la mujer de este le entretenía intentando obtener la mayor información posible sobre Mezora. Finalmente el uno de Septiembre de 1934 con un capataz y veinte obreros dieron comienzos los trabajos de excavación del cromlech.

            “ Antes de comenzar los trabajos, realicé una documentación fotográfica del estado en que se encontraba el cromlech, para que por ella se viera el progreso de los mismos y dejar datos fidedignos de su estado, para que luego se juzgue la labor realizada, sobre documentos indiscutibles, pudiendo con ella, ver los progresos de la exploración” [19]

            Existen varios cuadernos de campos con croquis, fotografías y el diario de excavaciones, incluido el presupuesto pormenorizado de la campaña. Cuando el trabajo de excavación y prospección se encontraba en su punto culmen, al inicio de su tercera campaña (Julio del 36) se produce la sublevación del ejército español de la zona y el inmediato día posterior al alzamiento arrestan a  nuestro arqueólogo en la misma zanja de excavación de Mzora.

            Inmediatamente fue encarcelado en la prisión de Larache donde enfermó y tuvo que ser trasladado al hospital de esa misma ciudad. Una vez recuperado de las dolencias y conocida su sentencia[20]  por la que se decretaba el cese de todos sus cargos como resultado del dictamen de la Comisión Depuradora de Funcionarios Civiles se ordena de nuevo su reclusión, esta vez en la prisión García Aldaves de Ceuta.

            En ella permanece hasta su puesta en libertad  el año 1938,  dada la situación en la que se encontraba España y sopesando sus perspectivas de futuro piensa que lo mejor es emigrar, por lo que solicita pasaporte para él y su familia con la intención de marchar a Sudamérica, solicitud que le fue denegada.

 

 

            * Segunda etapa de arqueólogo en el protectorado; 1938 – 1945.

            En esta época es nombrado interventor regional de la zona occidental D. Tomás García Figueras, militar de alta graduación  muy interesado y versado en  historia, concretamente en temas africanistas y andaluces. De 1931 a 36 ejerció como escritor e historiador en Jerez, preside el Ateneo y es fundador del Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Entre 1921 a 1926 intervino muy activamente en la Campaña de Pacificación de Marruecos como capitán diplomado del Estado Mayor, en este periodo debió conocer a Montalbán, su trayectoria y sus trabajos en el campo de la arqueología, por lo que le denegó el visado pero a cambio le ofrece trabajar de arqueólogo absolutamente “en la sombra”, pagándole cinco pesetas diarias y sin que existiera ninguna vinculación contractual con la nueva administración.

            Transcribo carta de García Figueras por su aportación clarificadora de la nueva situación de nuestro arqueólogo:    

            “Mi querido amigo: Un escrito que recibo de Alcázar me confirma en la idea que ya tenía de que no se da Vd cuenta de su verdadera situación. Toda su actuación ha de desenvolverse desde el punto de vista que ni en realidad ni si quiera en apariencia, su cargo tenga nada de oficial, ni menos roce si quiera  su antigua función, de la que fue destituido por su actuación poco conveniente.

               Se le está a usted prestando ayuda en trabajos completamente privados y sin relación alguna con la organización del Protectorado, y Vd. debe, con su trabajo y su discreción, darse cuenta exacta de su situación y procurar hacer meritos confiando en la generosidad de la España de Franco, no olvidando que ni la Iglesia perdona sin firme propósito de la enmienda.

            Manténgase en su plano, haga modesta y discretamente observaciones que yo veré si son o no aprovechables y no se acuerde siquiera de que existe una Junta Central de Monumentos con la cual ninguna relación tiene.

            En la seguridad de que lo hará así, quedo siempre suyo affmo. Amigo (Larache 15 Noviembre de 1938) “

          Nuestro arqueólogo inmediatamente comprendió que en este nuevo escenario su papel iba a ser el de  mero actor secundario, utilizado por sus conocimientos para seguir con los trabajos de excavación, pero para provecho directo de los nuevos arqueólogos llegados a la zona y a más inri remunerado con un sueldo de  peón de excavación. Así  que Montalbán que era una persona temperamental, incapaz de doblegarse ni callarse ante el abuso tuvo constantemente momentos de conflictos y tensión entre compañeros y superiores, especialmente con el nuevo director del museo de Tetuán, D. Pelayo Quintero Atauri, y muy tormentosas también las relaciones con el sucesor de este en el cargo D. Miguel Tarradell Mateu.

            En estos años Montalban se encarga de prospectar dos yacimientos en los que él antes no había actuado; Ad mercuri y Taberne, de los que dejó redactada  memorias de excavación con amplio material fotográfico. En 1940 realiza gráficos para el estudio de la fortaleza “La Graciosa” en el rio Lucus. También se le ordenó que organizara viaje de prospección a unas ruinas aparecidas en la desembocadura del rio  Tzahadart (1941) y compilase una memoria completa de las prospecciones en Tamuda desde su descubrimiento. Pero las tensiones iban intensificándose exponencialmente, García Figueras intentaba intermediar entre Tarradell y Montalbán pero las relaciones habían llegado a un punto de no retorno, y tras varias cartas muy duras del alto comisionado se rompe todo contacto profesional en 1944.

            Ante la nefasta evidencia, Montalbán se desplazó a Tánger con el fin de encontrar un nuevo empleo, y a partir de ese año él y su familia  subsistieron gracias a la venta de libros, de sus cuadernos de viajes y de otros objetos personales. “Pasando penurias y estrecheces sin recibir más compensación ni ayuda por parte de la administración española”, según describe su esposa Isabel en una instancia a la Dirección General de la Función Pública solicitando una pensión de viudedad.

            * 1946 – 1959, Montalbán arqueólogo contractual por la Administración Internacional de Tánger.[21]

            El 10 de Septiembre de 1946 la Administración Internacional de Tánger firma con Montalbán una relación contractual renovable anualmente hasta 1959, según consta en los archivos del Servicio de Personal de la exadministración territorial. Estaba obligado a presentar semanalmente una relación de los trabajos efectuados así como dos informes anuales, el 2 de Enero y el 1 de Julio, resúmenes de las labores realizada en el semestre anterior.

            Pese a los momentos de humillación y penuria Montalbán comienza esta nueva etapa de su vida en Tánger con ilusión, aunque consciente ahora de  su papel de arqueólogo “proscrito” (Fotografía 4). Aun en la “Ciudad Internacional de Tánger” se tuvo que enfrentar con los representantes del gobierno español que seguían empeñados en mantener su ostracismo. Cuando arqueólogos e historiadores extranjeros se presentaban en el Consulado General de España en Tánger interesándose por su domicilio  se les comunicaba que había fallecido o bien que no tenían noticia de su paradero, pese a estar inscrito en dicho Consulado desde su llegada en 1946, “Tengo amigos que no se atreven a mencionar mi nombre, temiendo por su seguridad personal”.

             Y los arqueólogos españoles que prosiguieron las excavaciones en los yacimientos que Montalbán descubrió, ni que decir tiene, utilizaron sus trabajos y pasaron de largo. Tan solo de aquellos “viejos Amigos de Tetuán” recibió en 1952 a la Princesa Ruspoli que puso sumo interés en volver a verle, a alguno de estos encuentros acudió otro ilustre proscrito, D. Juan de Borbón que según consta en cartas de su viuda acompañaba a la Princesa mientras esta redactaba un trabajo de investigación sobre  “La necrópolis del Marchán”[22] asesorada por Montalbán del que existe una copia en los archivos del arqueólogo.

            En estos primeros años en Tánger valoró, supervisó y dirigió los hallazgos que iban apareciendo en diversos puntos de la ciudad, como los de  la calle Estambul donde identificó  una necrópolis. En el vivero municipal donde saca a la luz unas estructuras que identifica como  un “castro cartaginés” y realiza memoria sobre el foro, la basílica y las murallas de Tingis.

              En 1949, a la edad de 73 años comienza otro nuevo proyecto de gran envergadura, la factoría fenicia de Thymaterion, en la que levanta planos de situación, croquis de las primeras estructuras excavadas y memoria de prospección.  Pese a su avanzada edad  siguió con sus trabajos y estudios diez  años más especialmente centrado en los hallazgos que van apareciendo en el propio Tánger. Prosiguió con las excavaciones en el vivero municipal aportando nuevos elementos que le hicieron pensar que se trataban de un puerto Cartaginés, un arsenal y los restos de unos baños romanos (1956-57).

            En 1956 comienza con las labores de prospección y estudios de lo que identifica como un “Ara Fenicia” una de sus últimas intervenciones de campo, consciente que pese a su tenacidad, coraje y espíritu de trabajo las fuerzas empezaban a flaquearles.

             De los últimos trabajos llevados a cabo se encuentra el estudio  el de un Hipogeo Cartaginés en el valle del Mogoga del que realiza un grafico y una memoria. Que recordemos, fue en Mogoga  donde paradójicamente y como si las parcas fueran concluyendo el tapiz de su vida, uno de los enclaves donde realizó sus primeras incursiones el año de su llegada a Marruecos guiado por aquellos personajes que se reunían en la Tertulia del Zoco Chico.

            Según testimonio de su viuda, los últimos años de su vida, los pasó en el más completo olvido de España (Fotografía 5), por Tánger pasaron arqueólogos que hicieron excavaciones en lugares donde Montalbán había trabajado…” y ni siquiera pasaron por nuestra casa por curiosidad, por simpatía o por cambiar impresiones con  mi marido  y esto sabiendo él  que se ponían en contacto con otros investigadores de la zona sur”.

            D. Cesar Luis de Montalbán y Mazas murió en Tánger el 5 de Febrero de 1971 y allí descansan sus restos.

            * EPÍLOGO:

            Con esta reseña biográfica solo he pretendido dar a conocer y arrojar luz sobre la vida de este excepcional arqueólogo español que eligió realizar su actividad en zona de conflicto y que materialmente se jugó la vida en múltiples ocasiones por defender y preservar el patrimonio cultural, pese al desprecio y a la humillación que tuvo que soportar por parte de las autoridades de su país y ver con resignación cómo los nuevos arqueólogos llegados a un Marruecos pacificado,  utilizaban sus trabajos y experiencia sin mostrar la más mínima muestra de gratitud.

            Soy consciente que se han quedado hilos por hilvanar, que hay material importante para seguir investigando pero también tenía claro que esta primera reseña biográfica tenía que centrarse en el conocimiento de esta singular persona, y que sirviera a la vez de  reconocimiento a su labor por parte de sus colegas, aunque haya sido  un siglo después.   

               Sirva estas humildes palabras para dar el merecido homenaje póstumo que en vida nunca tuvo.      
                                                                                 

      FRANCISCO JOSE PÉREZ ESCRIBANO.
 

                                                                                              Algeciras; Invierno de 2016.

ANEXO: RELACION  DE  TRABAJOS, DOCUMENTOS Y ESCRITOS:

De 1918 A 1925:

-        Excavaciones de TAMUDA cuadreno de Campo (Nº 47) 1921.

-        Resumenes de los trabajos realizados en Tamuda, Ceuta, Larache, Alzacar Seger. (Nº32) 1922.

-        Estudio de estelas funerarias Hebreas. (Nº 106) 1923.

-        Catalogación de objetos encontrados en LIXUS (Nº 9) 1925.

-        Apuntes de la historia de Xefxahuen. (Nº26) 1925

De 1926 A 1936;

-        Estudio de la fortaleza portuguesa de La Graciosa (Nº 5) 1926.

-        Estudio sobre Alcazar Seguer (Nº 7) 1926.

-        Viaje de prospección y estudio a Rabat, Sala Colonia y Volubilis. 1926

-        Estudios sobre “Las Mazmorras de Tetuán” publicado (Nº 25) 1926.

-        Estudios de las estelas funerarias de la Alcazaba de Tetuán. (Nº 31) 1926

-        Apuntes sobre la ciudad de Arcilla. (Nº 48) 1926

-         Estudios de los cañones de hierro y bronce de Larache y Arcilla.(Nº 74-143) 1927

-        Conferencia “La arqueología de la Mauritania Tingitana. (Nº 129) 1927

-        Estudio de la necrópolis portuguesa de Yebial. (Nº 36) 1928.

-        Estudio de la necrópolis portuguesa de la batalla de Alcazarkivir (Nº46) 1928.

-        Inventario de los objetos que componen el museo arqueológico de Tetuán. (Nº 71) 1928.

-        Estudio de la Isla mencionada por Plinio y el Ara de Hércules (Nº 54,88,113) 1929.

-        Viaje de exploración y estudio al Rio Uad Nekor. (Nº 56) Mayo 1929.

-        Resumen de los trabajos encargados por la J.S.M. (Nº 59) Sept 1929.

-        Colaboraciones con el profesor  Obermaier (Nº 75) 1929

-        Estudios de las canteras de LIXUS. (Nº 88) 1929.

-        Estudios de la situación actual de TAMUDA (Nº 37, 45) 1929-30.

-        Trabajos en LIXUS de Mayo a Agosto de 1939 (Nº 81) 1930.

-        Estudios sobre la situación de TAMUDA al año 1930 Memoria Completa. (Nº 148).

-        Estudios de CAZAZA. (Nº 34-35) 1930.

-        Mapa arqueológico de la Zona Española de Tanger. (Nº 121) 1933.

-        Gráficos para el estudio de las fortificaciones de Larache. (Nº 136) 1933

-        Apuntes para la Historia de Sta Clatalina de Mar Pequeña. (Nº 114) 1934.

-        Gráficos para el estudio del Comlech de Mzora. (Nº 141). 1936
      -     Apuntes para el estudio del Cromlech de Mzora . (Nº 158). 1935-1936
De 1938 A 1945:

-        Gráficos de la exploración de Ad Mercuri. (Nº 69) Sept 39.

-        Memoria de las ruinas de Ad Mercuri y Taberne (Nº 93) 1940.

-        Graficos de los estudios de prospección de las ruinas de Taberne (Nº 127) 1939

-        Gráficos del estudio de la fortaleza “La Graciosa”, Rio Lucus (Nº 78) 1940.

-        Estudios sobre las ruinas de la desembocadura del rio Tzahadart (Nº 11) 1941.

-        Memoria de Tamuda. (Nº 94) 1941.

De 1946 A 1955:

-        Gráficos de la necrópolis de la calle Estambul (Nº 149) 1947.

-        Gráficos de la memoria sobre los monumentos y murallas de Tánger (Nº144) 1949.

-        Gráfico del hipogeo cartaginés del Valle de Mogoga. (Nº 111 y 120) 1959.

-        Memoria del hipogeo cartaginés del Valle de Mogoga. (Nº 123) 1959.

-        Memoria sobre el Foro y la Basílica de Tanger. (Nº 151) 1950.

-        Ad mercuri ad Novas; el Kat – Rio Tzahadartz, castillo de Ras el Kat. (Nº 105) 1951.

-        Gráficos de la memoria sobre las ruinas sitas en Tanya El Balia y el castro cartaginés del vivero municipal.  (Nº 107) 1952.

-        Necrópolis del Marchán (por la princesa Ruspoli nee Chambrum); (Nº 140) 1953.

De 1956 A 1959:

-        Resumen de los trabajos arqueológicos efectuados en la zona de Tánger. (Nº 98) 1956

-        Texto y estudio de Ara Fenicia. (Nº 109-153) 1956

-        Gráficos para el estudio de Ara Fenicia- (Nº 99) 1956

-        Gráficos para el estudio de la factoría de Thymaterion. (Nº104) 1956.

-        Gráficos para el estudio de exvotos. (Nº 108) 1956.

-        Gráficos del arsenal, puerto cartaginés y baños romanos vivero municipal (Nº109) 1956.

-        Estudio y exploración del Ara Fenicia. (Nº 154) 1956.

-        Gráficos de la necrópolis de la calle Estambul. (Nº 101) 1957.

-        Informe para la creación de una entidad de catalogación de monumentos y yacimientos. (Nº 110) 1958.

-        Informe de las prospecciones arqueológicas realizadas en 1958. (Nº115) 1958.

De 1960 A 1972:

-        No constan.

 

 

BIBLIOGRAFIA

·        “Arqueología española en Marruecos ,1939-1946 .Pelayo Quintero de Atauri”  – Manuel j. Parodi Alvarez  SPAL 15 (2006)

·        “El Museo Arqueológico de Tetuán. Las civilizaciones de la otra orilla del Mediterráneo” –  Zouak Mehdi, 2006.

·        “ La gestión del patrimonio arqueológico en el antiguo protectorado español en el Norte de Marruecos . Gestion, administración, normativas.” Javier Verdugo Santos y Manuel J. Parodi Alvarez  SPAL17 (2008)

·        Notas de historiografía arqueológica. La visita de Joaquín Fontes a Tetuán y Tamuda (Marruecos) en 1923 – Enrique Gozalbes Cravioto 2008.

·        Apuntes Históricos sobre el Museo de Tetuán- Mehdi Zouak y Manuel J. Parodi Alvarez   Almo raima 2011.

·        El monumento protohistórico de Mezora (Arcila, Marruecos) –Enrique Gozalbes Cravioto 2006.

·        El paisaje de Lixus (Larache, Marruecos) a la luz de las excavaciones reciente – Carmen Aranegui Gascó y Carlos Gomez Bellard.

·        Las colonias y municipios de la Mauritania Tingitana – Tesis Doctoral Rachid Mouden 2010.

·        Los inicios de la investigación española sobre arqueología y arte árabes en marruecos (1860-1960) – Enrique Gozalbes Cravioto (2005).

·        Notas sobre las organización administrativa de las estructuras de la gestión del Patrimonio Arqueológico en el Marruecos Septentrional durante el Protectorado (1912-1956) – Manuel J. Parodi Alvarez (2009).

·        Anuario del Archivo histórico Insular de Fuerteventura (Islas Canarias ) 1989- Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura Comisión de Cultura.

·        Lixus -2 Ladera Sur Excavaciones arqueológicas Marroco-españolas en la Colonia Fenicia campañas 2000-2003 – Carmen Aranegui Gascó .

·        “El plan estratégico de la zona territorial de Tamuda “- Verdugo Santos J., Jiménez Barrientos J.C. y Zouak M.(2008).

·        “El Arqueológico de Tetuán ,una plataforma científica para el conocimiento de las civilizaciones humanas del Estrecho de Gibraltar “Zouak M. (2008).

 


[1] Notas autobiográficas de D.Cesar Montalbán.
[2] Ignacio Calvo opositó  al cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios,  consiguiendo plaza para la Universidad de Salamanca en 1897.En 1901 fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional, en el que desempeñó el cargo de Jefe de la sección de Numismática.
 
 
[3] Los que faltan tuvieron que ser vendidos en los zocos de Tetuán y Tánger para poder subsistir, en un periodo de dificultad y estrecheces en la vida del arqueólogo. 
[4] El 3 en Tarifa, el 4 en Algeciras el 6 en la Línea y el 8 en Gibraltar.
[5] Gutiérrez Solana  1920  Museo Reina Sofía Madrid.  
 
 
[6]  Vida y obra del Dr. Mario Roso de Luna (1872-1931),Científico Abogado y Escritor. Tesis Doctoral de Dr. Esteban Cortijo Parralejo .
[7] Un total de 33 cartas manuscritas de Rosso de Luna.
[8] José Antonio Ferrer Benimeli; “Unamuno, los derechos del hombre y la libertad de expresión: Un modelo de campaña masónica”
[9] Cesar Luis de Montalbán; Mi labor en el norte de África (Tánger MCMLIX).
[10] Junta Superior de Monumentos Históricos y Artísticos.
[11] Numero 17; II época. (Mayo1926)
[12] La primera campaña en Lixus la inicia en Septiembre de 1923.
[13] Enrique Gonzalbez Cravioto. “Notas de historiografía arqueológica: La visita de Joaquin Fontes a Tetuán y Tamuda (Marruecos) en 1923. Revista portuguesa de Arqueología. Volumen 11. Num 1.2008, pp285-295
[14] Gonzalbes Cravioto. “Los inicios de la investigación española sobre arqueología y artes árabes en Marruecos (1860-1960). Boletín de la Asociación Española de Orientalistas, XLI (2005)
[15] Esta exposición, embrión del futuro museo se inauguró en agosto de 1929.
[16] En ocasiones tuvieron que dejar las herramientas de excavación y empuñar  las armas para defenderse de los bandoleros. (Angel Cabrera,1924 y Parodi-Gonzalbes,2011)
[17] En ese momento Hugo Obermaier todavía dirigía el primer departamento de Prehistoria  en España, creado en 1922 en la Universidad Central (Actual Complutense) con el nombre de “Cátedra de Historia Primitiva del Hombre”.
[18] Francisco Carcaño lo describe así en sus “Rifeñerías”: “Otro explorador extranjero hizo su aparición en Melilla, era el intaliano Angelo Ghirelli. Poseía el árabe a la perfección y se internaba con mucha frecuencia. Cuando iba vestido de musulmán, difícilmente se reconocía en él rasgo europeo alguno. Su trato era fino y agradable. Tocaba el piano, sabía de medicina, tenía algo de brujo y de adivinador”.
[19] Exploración del cromlech de Mzora. Poblado de Xuahed. (Cesar Luís de Montalbán y Mazas. 1935)
[20] Septiembre de 1937
[21] Todas los datos aquí reflejados ha sido tomados de la correspondencia personal de Montalbán, de su viuda y de los contratos refrendados entre este y la Administración Internacional de Tánger.
[22] “La necropolis del Marchán”. Rusppoli nee Chambrum (1953) – En francés.

 Escrito recopilado y redactado por Francisco José Pérez  Escribano, que puso orden ,estudió y acabó presentado este elaborado estudio.